Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA

miércoles, 24 de junio de 2015

Fashionísimos muebles... ¿laqueados??????





-¿Qué estas haciendo, Clarisa?
-Pintando un aparador de los años 40, ¿no ves?
-Veo un perchero divino, ¿de donde lo sacaste?
-Me lo regalaron. Y tomé la idea para este aparador verde oscuro.
-Parece de mi abuela, Clarisa ¡ponele un poco más de onda, porfi! Podría ser la estrella de tu comedor diario. No es tan común, tiene una alzada... ¿porqué no aprovecharlo mejor?




-¿Separando la alzada?
- Sí. Le das un poco de aire, tenes una superficie de apoyo.... Tiene tantas posibilidades!!!!!!
-Coqui, ¡es sólo un mueble pintado!
-Sólo un mueble pintado ¿eh? ¡Qué desprecio por milenios de arte y civilización!
-¡Por favor! Ya sé qué es decoupage, decapado o pintado a puño alzado, con stencil o esponjeado y se cotizan super bien. ¿Qué te parece esta cómoda para un estilo shabby chic, bohemio o vintage moderno?

Envejecida por decapado se notan más sus formas y por su color crema se la ve mucho más actual.




Y este armario de oficina pintado a mano con un dibujo de referencias orientales, ¿no es una obra de arte?




¿Y este genial ropero pintado por Lucas Rise?

-Un verdadero maestro en resucitar piezas horribles, Clarisa. ¿Así que ahora tengo profesora de interior design?
-No abuses de mi afectooo................ te muestro lo que aprendo, lo que me gusta....

Estas viejas sillas tirolesas decoradas en decoupage son lo más.
 
´-Lo más kitch que encontraste, Clarisa. Como decía mi abuela: para muestra basta un botón y yo me remito a las evidencias. Soy una enamorada de los muebles laqueados.
-¿Y lo que te estuve mostrando qué era?
-Vos misma lo dijiste. Pero mirá esto de Billy Baldin, años 50, muebles contemporáneos -para la época, claro- de madera clara y un magnífico biombo Coromandel vistiendo la pared con suma elegancia. ¿Notaste la pantalla del velador coordinada con el biombo? Increíble, ¿no?
El laqueado es una técnica muy costosa que surgió en China hace 3500 años, cuando comenzó a usarse la resina de una laca extraida de un árbol llamado Rhus verniciflua.



Billy Baldwin fue otro cultor de los biombos chinos.

-Siempre haciendote la difícil, Coqui.
-O.k. Un árbol asiático que en Europa no crece. Su laca forma un revestimiento muy duro que protegía y realzaba la madera natural. Marco Polo llevó estos muebles a Italia en 1283 y se impusieron en Europa. Despues los importaron desde Coromandel, un puerto de la India, nombre que generalizó a los cotizadísimos biombos y demás muebles traídos desde allí.
-¿Como los biombos de Cocó? ¡Qué exótico!
-Sí. Como los biombos de Chanel y de todos los que quisieran lucir su más refinada e inalcanzable francofilia. Acá las familias más poderosas los exhibían en sus mejores salas. Como este "Coromandel" enorme, de 12 hojas


que cubre una pared del comedor del Palacio Alvear,
hoy Museo de Artes Decorativas de Buenos Aires
 


Los laqueados chinos eran capa sobre capa de laca finísima. Las transparencias así creadas les daban profundidad, los dorados eran brillantes e inalterables. Del éxito de estos muebles en la época romántica ¡ni hablar!
-Pero era un lujo demasiado caro... ¡cómo la pintura no va a reemplazar a la laca!
-Exacto. Hacia 1500 Europa deja de importar estos muebles y comienzan a pintarlos los ebanistas de Portugal, Inglaterra y Holanda. En Francia, con Luis XIV, florece el barroco y los muebles pintados con incrustaciones de bronce y oro. Con Luis XV los muebles rococó  pintados marcan el ritmo a toda Europa.






Cómoda y secretaire francés, mitad del s. XVIII, con el famoso laqueado Vernis Martin y ormolu (oro molido adherido a apliques de bronce), el primero sobre laca negra y el segundo sobre laca roja.
- ¡Entonces de ahí vienen las famosas cómodas venecianas!
 
-¡Claro!
-Venecia, cuna del barroco, impulsa la moda y trata de imitar con bajos costos las lacas chinas. Un poco de papel, yeso, pintura... Lacca Povera la llamaron. Se empezó imitando los originales de fondos color negro o rojo con figuras doradas, y luego, haciendo gala de su gran tradición artística, los artesanos italianos añaden colores brillantes para iluminar sus interiores oscuros.



Contenedor veneciano, siglo XVIII, imitación de los que se importaban de China. A estos muebles se los llamó "chinoiserie".


Durante el siglo XVI se afianza el mueble pintado, y por su gran demanda se les llama  “chinoiserie”.
-¡Me encanta la yinuaserí, Coqui! Aunque yo la llamo chinería.
-Y... chinería queda mejor que yinuaserí. Porque es francés, Clarisa, o tango argentino.




Aquí tenés un mueble veneciano en lacca povera, primera mitad siglo XVIII

Igualmente, aunque los motivos decorativos eran referidos a la iconografía chino – japonesa, con mandarines, pagodas, arboles, flores y animales regionales, los laqueadores se tomaron la libertad de interpretar según el gusto rococó de la época. Las superficies se cubrieron de flores, vides, pájaros, paisajes y escenas de la vida mundana. No faltaban escenas que recordaban el lujo de los carnavales.
-¡Ahhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!  ¿Y esto?

Fornasetti, lúdico como era, llamó a esta cómoda de su autoría "Gran Coromandel", es de 1958.

- ¡Es muy especial! De otro italiano. Dibujante, muralista, escultor, grabador, editor de libros de arte, coleccionista, interiorista milanés y por sobre todo visionario de la industria de la decoración, Piero Fornasetti (1913-1988) revisitó toda la tradición artística italiana, desde la más académica hasta la más popular, y la tradujo en clave renacentista durante la segunda mitad del siglo XX, en la postguerrra. En 1951 diseñó una cómoda, la Gran Coromandel, para guardar sus barajas. Y fue  tan divertido, surrealista, poético y misterioso, que no sólo vendió a rabiar sino que hoy sus muebles y objetos cotizan en Sotheby¨s.
-¡Qué capo, Coqui!




Aparador "Palladiana", de 1951, por Fornasetti




 
 
Paragüero de Fornasetti,


  
Capitel corintio, Fornasetti
 

-Capísimo. Fue expulsado en 1932 de la Academia de Bellas Artes de Brera por insubordinación -claro-,  pero exhibió sus trabajos las Trienales de Milán, eventos clave del diseño durante la post guerra.
-¡Woooooooooooooooooooooowwwwww!
-En una de las Trienales conoce a Gio Ponti –uno de los arquitectos y diseñadores italianos más importantes del s. XX–, con quien trabajó en proyectos de interiorismo y creación de muebles. Juntos proyectaron la serie Architectura, los interiores del trasatlántico Andrea Doria o la decoración del casino de San Remo y de la famosa pastelería milanesa Dulciora.
-¡Woooooooooooowwww!
-Para Fornasetti, una sola idea proporcionaba suficiente inspiración como para crear infinitas versiones. De hecho, Clarisa, gran parte de sus trabajos son evoluciones de temas concretos. Los motivos que utilizó son soles, monedas, instrumentos musicales, arlequines, pero el más famoso y con el que se le asocia de inmediato es el bello y enigmático rostro de una mujer, la cantante de ópera Lina Cavalieri, cuya imagen descubrió hojeando una revista francesa del siglo XIX. Convertida en su musa, creó con ella una serie de 350 variaciones que llamó Tema & Variazioni y que utilizó en todo tipo de piezas.




Toumeau -bar 1951, en colaboración con Gio Ponti.

 
 







 
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Armario Zebra, Fornasetti

- Tanto mueble y diseño en mueble pintado nunca lo hubiera imaginado, Coqui.
-El siglo XX nos trae el mueble pintado como un recurso único. Y el XXI para reutilizar piezas sin gran interés. En los últimos tiempos se han puesto de moda viejas técnicas ( decapado, envejecido, decoupage) readaptadas a una moda que volvió a hacerse fuerte a mitad del siglo XX  y que ahora vuelve con fuerza en dos versiones: "hágalo ud. mismo" y el mueble dibujado.



No es un Fornasetti, pero el decoupage de historietas queda muy bien!







 
Este tampoco es un Fornasetti,
pero retoma la tradición del mueble clásico con el decoupage de un mueble antiguo en su frente.


-No me muestres más Coqui. Quedaste muy Fornasetti. Así no creo que podamos seguir apreciando los de otras manos.
-¿Te parece? Pero como muchas manos en un plato hacen mucho garabato, esta bien, dejemos esto por hoy.
-Seguro hoy llueve.

 

jueves, 11 de junio de 2015

Neocolonial + precolombino = Casa Museo Ricardo Rojas

 
 
Cuando Coqui se va, yo bailo como un ratón cuando el gato no está. Entonces quiero mostrarles este museo, que fue vivienda permanente de un historiador y literato relevante y siempre me llamó la atención. Primero desde la calle, porque su fachada es totalmente distinta de los edificios de más de diez pisos que hoy la rodean. Y después porque su interior es tan bello como singular. Por eso, sin más trámites, allá vamos:
 
 
 
 
 La casa fue encargada por un raro investigador y escritor argentino, Ricardo Rojas, a un amigo, el arquitecto Angel Guido ( el autor del monumento a la Bandera de Rosario). Guido adhirió a la concepción estético política que Rojas trató de conceptualizar y llamó Amerindia, y se transformó en un fan del estilo neocolonial precolombino, movimiento estético que duró poco (1921-1929) aunque produjo gran revuelo sobre todo en América del Sur. Esta casa, una de las más destacadas del indoamericanismo, data de 1927.
 
 
Ubicada en el barrio de Palermo, antiguo arrabal de la entonces ya orgullosa y cosmopolita Buenos Aires, su frente copió el de la "Casa de Tucumán" donde en 1816 se declaró la independencia nacional. Entre idealista y exótica, la construcción refleja un mestizaje cultural sin negación de lo europeo, mestizaje con que se estaba planificando la República.
La planta baja de la casa responde a la "casa-palacio" de las familias acomodadas sevillanas, que organizaban el espacio y las habitaciones en torno a un patio que revalorizó la tradición musulmana de la fuente central. Como Argentina no tenía una impronta arquitectónica original notable, se fueron a buscar las raíces precolombinas, que conformarían la parte autóctona de este estilo, a Perú.
Quizás por eso, luego de la puerta cancel hay un zaguán y un patio arequipeño de recepción que no tiene nada que envidiarle al de la Iglesia de la Compañía, en Arequipa.


Patio mayor de la Iglesia de la Compañía en Arequipa, Perú.

Siguen una sala colonial, un patio español y un comedor, una fabulosa biblioteca incaica y el escritorio de Rojas. En el piso superior hay otra biblioteca, una salita íntima y el dormitorio.
El resultado final se parece más a una biblioteca personal que una casa, o de algún modo a un enorme y compartimentado cuarto propio y no obstante, podría decirse que es el patio arequipeño con su encantador jardín el corazón de la casa, ahora restaurado con las plantas autóctonas del proyecto original.
 

 
Portón, reja, patio configuran el eje visual perspectivo de espacio. La reja de hierro forjado que da paso desde la entrada al jardín esta coronada por un jarrón con flores, réplica del otro más importante que desde el fondo preside el frontispicio del patio arequipeño. El motivo geométrico que se reproduce en la reja repite la forma geométrica de la fuente central, que por supuesto es arabesca:
 



 
 Para la decoración del frontispicio, el arquitecto constructor se inspiró en la fachada de la Iglesia de San Ignacio de Potosí, Perú.  En ella bundan los elementos típicos del estilo barroco-americano que predominó durante la época colonial española: sirenas que rasgan charangos -típico instrumento musical andino-, plantas, frutos y flores de piedra, aborígenes y símbolos milenarios de las cosmogonías indígenas que el escritor consideró filosóficamente dignas antes que nadie y se propuso fusionar con elementos europeos para una refundación de la cultura argentina. La construcción refleja su mayor creación literaria: Eurindia, donde la emoción de América aborigen dialoga con la técnica de Europa. 
 
 
  
 
 
 

 En dirección ascendente se hallan los frutos de la tierra: el zapallo, la margarita y la flor de la kantuta. Luego hay dos columnas coronadas por dos cabezas aborígenes y frisos con flores incaicas.


 
 El personaje de este friso ostenta un rostro de rasgos autóctonos.
 




A lo largo de la fachada central, bordeando las ventanas, los frisos de flores de cuatro pétalos en diagonal son una representación precolombina y podrían interpretarse en la cosmogonía incaica como el centro del que emana el mundo terrestre en las cuatro direcciones.


 
La galería lateral que conduce al sitio más carismático de la casa: la Biblioteca Incaica.
 

 
 

 
 
 
Como en los patios de la ciudad peruana de Arequipa, la cosmogonía inca se imprime en cada  
pilastra de la galería perimetral. Máscaras aborígenes, mazorcas, quetzales, flores y soles se entrelazan con las simétricas volutas de los zarzillos vegetales. Pero a diferencia del patio arequipeño, cuyo modelo es el patio romano con galerías, fuentes y arcos de medio punto, este se combina con el patio musulmán, lleno de plantas, flores y perfumes, que emulan el paraíso terrenal.
 



 
Un busto del dueño de casa, Ricardo Rojas, 
custodia silenciosamente la casa desde el fondo del jardín.
 


 
 
Volviendo al interior de la casa, la sala española nos recibe para pasar hacia el colorido patio español. Piso cerámico rojo, rejas de hierro forjado estilo sevillano y mosaicos andaluces:

 
 
 
 
Educador y hombre de letras, Ricardo Rojas vivió aquí desde 1929 hasta su muerte en 1957. Creador de la primera cátedra de Literatura Argentina en la Universidad, fue poeta, ensayista y maestro con doctrina propia. Sus escritos comprenden ensayos, trabajos eruditos, monografías, obras teatrales y poemas que se nutren en el diálogo de lo europeo con lo americano, en particular con la América indígena.
 
 
 
 
 Aquí vemos el pasillo cuyo techo reproduce los arcos típicos de las construcciones antisísmicas de Arequipa. Al fondo se ve la entrada a la biblioteca . La escalera lleva al dormitorio del escritor.
 
 
 
El dintel de la puerta de acceso a la Biblioteca Incaica es una imponente alegoría del templo de Tiahuanaco, en Bolivia: tallados en madera 48 seres alados con cetros en forma de cóndor  apuntan hacia la figura principal del centro,  Inti, el sol de Tiahuanaco. Este reúne los rasgos de hombre y de jaguar, de sol y de serpiente. De sus ojos caen lágrimas y como rayos salen de él cabezas de jaguares impactandonos con la majestuosidad de los símbolos.




Un gran friso superior bordea toda la biblioteca. En él hay dragones enfrentados, o felinos, un motivo muy presente en las vasijas incaicas. También esta el sol lloroso franqueado por dragones, figuras que podrían representar la tormenta y las lágrimas del astro la lluvia.


 


 
 
 
 
La repisa de la chimenea esta sostenida por dos ídolo tiahuanaquenses de yeso. Y empotradas en la pared, hay ocho bibliotecas en cuyo marco superior se observa mismo el signo escalonado de la tierra que tiene la chimenea.

 



 




  
 





 
Ricardo Rojas fue polémico, pero original, con una mirada viva, con inquietudes que lo llevaron a profundizar en las culturas originales de América del Sur. Su casa es el testimonio vivo de la dedicación con que se volcó a entender y estudiar la identidad autóctona, el mestizaje, y a preservar los elementos autóctonos del avasallante colonialismo europeo.




 

jueves, 4 de junio de 2015

Mixed emotions: el preciso arte decorativo de mezclar


¡Quien lo hubiera dicho! Tendré que  pedirle ayuda a Coqui y como dice el tango:  "volver con la frente marchita" a su insoportable soberbia.
-¡Coooooooooooquiiiiiiiiiii!
-¿Me llamaste?
-¡Hola! Estabas desaparecida.
-Me echaste ¿te acordas? Y como yo estoy donde el glamour y la estética me solicitan... hay otro mundo, Clarisa... ¿Me extrañaste?
-Sí Coqui, como siempre. Cuando no es por lo bueno, es por lo aguafiestas.
-¿Y entonces?
-¡Con todos estos muebles diferentes que tengo no doy en la tecla! Mi living es un caos, un desorden sin interés. Mi mesita coreana de cerezo parece insignificante, y mi bahut art-decó ¡está invisible! La mesa de bronce setentista de tía Negra no encuentra su lugar y a mí ya me duele la cabeza.
-Je je.
- ¿?
- No esperes que me ponga en acción sin antes disculparte. O que me expliques lo que es el "estilo borgeano".
-Imposible Coqui. En realidad, cuando decía borgeano hablaba de una forma de escribir, o de pensar. No de decorar. Así que no importa. Lo que importa es que la decoradora de interiores sos vos.
-Interior designer dirás. En cuanto a vos y tu "error", prefiero llamarme a piadoso silencio. Todavía no me recuperé de tu ofensa.
- ................................................................
-Perfecto. Gracias pueblo. Allá vamos.

 

-Me encanta, Coqui.
-Muy mal ejemplo de muebles mezclados. Sé que no se usa más "el juego" completo. Podés lucir el tesoro que heredaste junto al peor mueble de tu casa. Aquí ves colores casi perfectamente combinados, muebles ídem. y nada más.
-¿?
-¡Hay tantos objetos que todo se pierde en una nebulosa de formas! No querrás esto ¿eh?
-Mmmm



-Este mix, en cambio, es un vintage casi perfecto. Conviven distintos estilos de la última mitad del siglo XX. Los asientos, si bien de tres tipos diferentes, tienen formas semicírculares. Eso se llama ritmo, Clarisa. Puede estar dado por la forma o el color. Aquí también lo dan los metales. El mueble más interesante (el que no hay que descartar aunque no tengamos como usarlo) es la mesa central, que simula un enorme capitel de columna, en el tono madera del piso y del bahut del fondo, cuya madera la acompaña. Si el cuadro hubiera repetido algún patrón de los descriptos, hubiera quedado mejor, pero el color azul, en armonía con los grises y verdes, salva el look total.
- ...
-Los asientos de a pares colocados en forma simétrica respecto del sillón central también contribuyen a crear una armonía.
-¡Como estás! Recargada ¿no?

 
 
 
 -¡Para nada!!!!! Aquí la armonía la da el color. Pero en este mix hay tanto contraste que lo distinto es ley y la convivencia de estilos y materiales excesiva para mi gusto.
-A mí me encanta.
-Es necesaria una armonía para que haya covivencia pacífica con ALGUN contraste -diría yo cuidadoso- que no se nota en la primera fotografía que te mostré..
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh!
  -¿Me estas jodiendo, Clarisa?
-¡En absoluto! Estoy pensando en mis muebles descoordinados y buscando mentalmente en ellos algún patrón común.
 

 
 
-Bueno, acá no hay tanto patrón común. Si la habitación fuera más baja parecería atiborrada, pero la doble altura requiere de la variedad de formas y escalas para que el espacio no se sienta vacío.


 
-Las patas de este dressoir forman una corona. La tapa de vidrio es curvo, como la base de la corona... Isomorfismo se llama, Clarisa: correspondencia entre las formas y la actitud que trasmiten. Y basta de distraerme. ¡Invierto mis conocimientos en una empresa que ya quebró!
 - ¡Por favor! ¡Soy la mejor inversión que puedas hacer! Paso a demostrarte:
 
 
 
 
En este living hay una simetría impactante generada por las dos vitrinas que enmarcan el punto focal.
-Woooooooooooowwwwwwwwwww 
-Sus listones dorados, junto con el cuadro y los almohadones, remiten a la mesa de sinuosa pata dorada
-Di-vi-na
-Y en concordancia con el respaldo del sillón individual.
--Falta algo Clarisa. Importantísimo.
-¿?
-Las flores.
-¿Qué?
- Las flores en el tapizado de ese sillón, la banquetita central y sobre la mesa.
-¿El ramo natural?
-¡Por supuesto! Sin ese ramo nuestra mesa sería casi una intrusa en ese lugar.
-¿Quizás? 
 
 
 
-¡Por supuesto! Mirá esto. Un cuadro BIEN puesto y más que justificado: el color negro, las líneas fuertes y rectas. Hacen de este living clásico uno superactual. Por supuesto, hay isomorfismo entre el punto focal creado por la pintura y las patas de la mesa ¿notás? Las rayas de la alfombra, a su vez, continúan el sentido de las del cuadro y lo refuerzan. Una deco muy, muy cuidada.
 
 
Verticales unidas por diagonales y curvas -como en el cuadro-, pueden encontrarse fácilmente de nuevo en las bases de los distintos muebles de este living.
 
  - Un exquisito ejemplo de isomorfismo y ritmo.
 
 
 
 
-Sí, sí. Ni me lo digas. Luce muy profesional. Ordenación de a pares, líneas rectas que destacan las curvas de las banquetas, que son la pieza más valiosa, o sea: la pieza central. 
-¡Muy bien! ¿Algo más que decir, Clarisa?
-¿El isoformismo del cuadro con rulos?
-Iso-morfismo, Clari. Pero además, ves que las mesitas a los lados del diván central son diferentes?
-Sí, claro.
-Bueno: eso es algo pro-hi-bi-do. Es preferible poner dos mesitas iguales y la desigual destacarla en algún otro rincón.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhh! No me había dado cuenta
-Claro. Porque en este caso la mesita de la derecha repite en sus curvas el sentido de las banquetas, no queda mal. Y esos dos veladores iguales recomponen la simetría que las mesitas distintas habían roto.
-¡Mirá vos!
-Enterate, Clarisa: en este living la composición de a pares prima, hay incluso dos esculturas. Esas mesitas diferentes alivian un poco la saturación de la simetría.  
  
 
 
 
 -¿Y en este?
-Bueno: el color es el gran unificador -último y gran recurso- ya que las piezas son muy disímiles en cuanto a forma y estilo. Pero el gran detalle es el cuadro del perro, cuyo perfil reproduce la curvatura de ese gran sillón clásico que sino quedaba muy sólo.
-¡Genial!
-Sí. Realmente genial. El decorador salvó los muebles de la abuela de una segura feria americana.
-¿Y este quien es?¿Un amigo tuyo dueño de un anticuario? 
 
 

 
 -¡Clarisa! ¡No soporto tanta ofensa! Es Billy Haines, un maestro de las mezclas.
-¡Es un viejo!
-¡Clarisa! Es un famoso de Hollywood años sesenta. Las mezclas fueron la base del "Hollywood Regency Style".
-¡Ay! ¡No! es demasiado por hoy. Muchísimas gracias Coqui. Vos me provocas emociones mezcladas que no sé como manejar. A veces te quiero y otras veces... Me voy.
-¿Cómo manejarlas? Con armonía, ritmo, simetría, contraste, escala, isomorfismo, color... los principios de la decoración tan útiles cuando tenés un cúmulo de cosas que no sabes cómo disponer. Chau Clarisa. Y graaaaaaaaaaacias....¿no?
-AH, sí sí. Gracias.
¡GLUP!¿Gracias? Ella me provoca "mixed emotions". ¡Sí! Y no vengan a decirme que es un buen título para una canción.