Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA

sábado, 28 de mayo de 2016

En casa de Francis Ford Coppola: arte popular argentino





-No sé si sabes, Coqui, que Palermo, barrio tranquilo de casas todavía bajas, alberga las nuevas tendencias gastronómicas y de diseño, aunque conserva sus calles empedradas y ese aire de antaño que buscaba Francis Ford Coppola cuando rodó en Buenos Aires “Tetro”.
-Sí.
-Te presento la casa que el cineasta eligió como “centro de operaciones” durante su estadía y que luego convirtió en hotel.
-¡Iupiiiii! ¡Por fin algo interesante!
-Sos muy cholula. Pero sí, es interesante.






Aquí Coppola vivió alrededor de tres meses durante 2008. Le gustaba el barrio. Era tranquilo, agradable a la vista, arbolado, seguro; además, tiene la posibilidad de ir caminando a comprar todo lo que alguien preocupado sólo por disfrutar de la vida puede necesitar.
-Me encanta Palermo: es un barrio ideal para turistas.
-Él no quería alojarse en un hotel: prefirió una casa que representara fielmente la idea de bohemia y arquitectura porteña que atesoraba su imaginario. Así que compró una construcción de 1920 compuesta originalmente por cinco departamentos en propiedad horizontal y que hace pocos años los arquitectos Horacio Menéndez y Javier Figueroa reformaron para unificarlos.




Así terminó convirtiéndose en su hogar mientras filmó Tetro, y más adelante, en Jardín Escondido, un hotel boutique divino.
-¡Ya veo! ¡Mirá esos pisos de ladrillo a la antigua, Clarisa!
-A puertas cerradas ofrece una atmósfera intimista, fresca y hogareña, y conserva la decoración que le diera el realizador. También los pisos de ladrillo.
-Interesante.





-Sí. La casa conserva su idiosincrasia argentina y fundamentalmente porteña. Allí nos rodean los libros que usó Coppola durante su estadía -muchos de ellos dedicados por otras figuras de la fotografía y las artes- y los muebles que fue eligiendo personalmente, junto a su esposa en los mercadillos y anticuarios de los barrios más tradicionales de Buenos Aires.
-¡Woooooooooooooooowwwwwwwwwww!¿Quien lo hubiera dicho, no?





-¿Qué cosa?
-Que la decorarían "a la argentina".
-¿Porqué no? Eso justamente es parte del gran valor de esta gente.
-¡Esta gente! No tenes alma, Clarisa.
-Bahhhhh!!!!!! A un costado del jardín, una piscina pintada de negro -al gusto de Francis- invita a disfrutar de la sombra de las plantas que la rodean y del perfume de las muchas aromáticas -orégano, albahaca, cedrón- que llega desde la terraza de la casa.





Convertida en hotel tras la filmación de la película,  la casona se caracteriza por un precioso jardín interior de tres niveles: un oasis perfumado en el corazón de la ciudad.
-Tetro contaba el reencuentro de dos hermanos de origen ítalo-norteamericano en la Argentina.
-¡Por eso! Coppola estaba copado, valga la redundancia, con Argentina y con Buenos Aires.
Preparó cocina al aire libre, con parrilla y glorieta para comer el asado, Coqui.
-¡Estaba más argentino que el dulce de leche!








-La cuestión es que el director estadounidense y su mujer, Eleanor, compraron y moldearon la propiedad a piacere, conocieron artistas y personajes locales, y recorrieron locaciones, anticuarios, mercados de pulgas y locales de decoración de fuerte impronta local, seleccionando los objetos y muebles que otorgarían la esencia a esta casa.





-¿Así que el hotel luce tal cual el gusto de Coppola y su esposa Eleanor dispusieron?
-Tal cual, Coqui: está como fue habitado. Las paredes exhiben textiles autóctonos, cabezas de animales hechas en madera por los chané, pinturas de mujeres de ojos negros y vacíos.


 




-¡Quien diría, con todo el dinero que tienen!
-Lo decís de puro prejuiciosa, Coqui. no obstante, las comodidades son siglo XXI. En el living, que conserva su aire doméstico, una gran pantalla proyecta los DVD que eligió el propio Coppola: y siguen ahí para los visitantes, y sí, también “Tetro”.
-Clarisa, mirá esa alfombra del recibidor hecha de cuero de potrillo.
-Un clásico argentino.





-Y mirá esos almohadones de aguayo...
- ¡Preciosos! Telar de alpaca o vicuña hecho a mano y coloreado con sustancias naturales. ¿Puede haber en estos tiempos modernos más lujo que eso?
-No... creo que no: el hand-made
-hecho a mano
-Buenoooo!...con materiales autóctonos, tratados con sustancias naturales, elaborados al sol, por las manos de los mejores artesanos de cada lugar... Mal que me pese... ¡Lujo total!





Ahhhhhh!, pero ahí veo, Clarisa, dos sillitas francesas, Luis XV
-Exacto. Los luises, desde siempre gustaron muchos a los porteños, que siguen siendo francófilos empedernidos.





Y ves también los baúles de madera que traían los inmigrantes en los barcos.
-Es un detalle casi exótico, Clarisa.
-¡Pero tan nuestro, Coqui! En esta casa vas a ver cómo se repiten los baúles y las valijas...





...igual que esos cacharros de alfarería étnica que vienen del interior del país, o los almohadones de lonetas rayadas, o ese tapiz, que en realidad es un aguayo o un poncho...






-¡O esos toscos muebles de algarrobo macizo!




-Sí, Coqui, un recurso muy popular aquí.





Y no obstante, mirá las líneas de este living, que pese a tantos detalles y tan cuidadamente seleccionados se ve muy moderno y confortable.
-Y casi minimalista, Clarisa. Este Coppola es un genio.
-Si lo hubiera hecho yo no dirías lo mismo. Otra cosa muy nuestra es el amor por las plantas.
-Coppola no se privó: las hay afuera, adentro...
-Adentro, afuera...
-¡No te burles de mí, Clarisa!





-Para conseguir la alfombra del living Francis y Eleonora dieron vueltas y vueltas, porque la alfombra no es tal, sino un bolsón boliviano para guardar papas y tejido con no sé qué fibra especial. Pues bien, luego de mil gestiones, Francis consiguió su bolsa de papas, y allí está ahora, en medio del living, debajo de las patas de una mesa llena de libros.
-Bueno, realmente a esta altura, si quiero seguir disfrutando de esta deco tengo que dar por tierra con todos mis prejuicios y mirar con ojos bondadosos...
-Yo diría ojos estéticos, Coqui. Y desprejuiciados, por supuesto.






-Bueno, ¡al fin y al cabo! Parece que acá mandaron unas estampas europeas.
-Es que el ciudadano de Buenos Aires ama Europa. El amplio living con ventanal que da a un patio con galería y jardín también es muy porteño, igual que la parrilla y la piscina, o las escaleras que conducen a la terraza.
-Sí, las casas chorizo tienen todo eso, y balcones y patios con plantas también.






-Allí arriba, Coqui, está el cuarto donde trabajaba Coppola, la única habitación individual de las siete que tiene la casa, y que fuera el estudio del cineasta durante su estadía porteña.






En él, el director escribió gran parte del guión de Tetro, tal vez, asomándose cada tanto a la puerta para contemplar su jardín escondido, repleto de flores y plantas que desbordan las macetas y trepan por los muros salpicando todo de color.




¡Techo de bovedilla!
-¿? Y eso ¿qué es, Clarisa?
-Vigas de hierro que sostienen ladrillos formando arcos muy leves. ¿Los ves?
-¿Otro must de las casas porteñas?
-De las antiguas, Coqui.




El dormitorio de Francis arriba, el de Eleonora abajo:







El de Sofía:





Otro dormitorio
-¡Otro baúl!
-Te lo dije.








-¿Mirá ese cuero de vaca como alfombra!
-La argentinidad a full. Te lo dije, Coqui.
-La verdad, es que viendo la sucesión de habitaciones y detalles, se va captando el concepto. ¡Aquí están las valijas!
-Y una banqueta francesa a los pies de la cama, ¿te diste cuenta? Y un cubrepiés con dibujos "pampa".
-En el escritorio, una silla Luis XVI.




-Un poco cargada esta habitación, pero igualmente linda.
-Yo no te voy a mostrar cosas feas, Coqui
-¿Qué más tenés de esta casa?
-Poca cosa. Dejemosla así, ya que te gustó tanto.
-¡Qué pena, Clari!
-Pero queda la posibilidad de ir a pasar un día. No olvides que es un hotel
-Interesante posibilidad. ¿vamos Clarisa?
-¡Grande Francis! ¡Lo lograste con esta inconformista consuetudinaria!





lunes, 23 de mayo de 2016

Mucho estilo: el devenir de los Luises franceses




-Muy interesante la historia del living, Coqui, pero me quedé con una duda...
-¿Con una sóla? Estas mejorando, Clarisa...
-¡Mala!
-¿Por reconocer que mejoras?
-¡Ufffff! Es fundamentalmente el mobiliario de asiento el que me preocupa... Estuve informándome sobre los sesenta -me gustan mucho como estilo-, y en ese tiempo estuvieron de onda los muebles franceses, fundamentalmente los luises.


Sesentoso living de David Hicks que contiene muchos "luises" diferentes: contra la pared una silla y un canapé Louis XIV, Louis XV en courant, dos Bergeres cabriolet, en color naranja.

-¡Qué confianzuda, Clari, llamarlos "luises"! Con ellos evolucionó el asiento a mil formas. Se lograron estructuras más confortables y espaciosas. Sobre todo en el reinado de Luis XV.
-¡Justamente! ¿Cómo reconocer cada una? Mirá la cantidad de asientos diferentes que tiene este living de uno de mis preferidos: Billy Baldwin.





-Aháaaaaammmmm......... Así que es eso...
-Y sí, Coqui: ¿¿¿cómo amoblar sin saber???
-¿Tan rigurosos  fueron los sesenta?
-En la elegancia sí. Y te darás cuenta de que esto, no sé que Luis es, pero obviamente es un living de los sesenta comienzos de los setenta, por el color de las paredes. Mirá esto de otro Billy de los sesenta: Haines. ¿Sillones Luis XIV?




-¡Bien!!!!!!!!!!! En general, el mueble francés es gracioso y elegante. Comienza en el reinado de Luís XIV, el "rey sol",  (1643-1715)  una era barroca, de increíble esplendor. ¿Ves que Haines no escatima detalles?  Se usaba mármol en los tableros de las cómodas, las mesas y las paredes. Los paneles eran tallados y dorados.
-La “boiserie”.
-Sí. La boiserie y los tapices enormes fueron los favoritos para decorar las paredes.
-¡Los gobelinos!
-Eran tapices de la fábrica Gobelin. Los techos se adornaban con pinturas alegóricas y escayolas moldeadas.


























Se usaban los espejos para acentuar la rebuscada decoración. Los suelos, cuando no eran de mármol, eran de mosaico de madera con dibujos entrelazados. Sobre ellos se extendían alfombras Savonnerie o Abusson.
-Bueno Coqui, ¡faltan las sillas... los sillones!
-Ahí voy. Los muebles eran robustos y de gran escala, Clarisa. Algunas de las piezas primitivas se hicieron en plata pura y más tarde en roble o nogal tallado y dorado. El bronce dorado se utilizaba para las lámparas, los apliques de pared, los candelabros, los relojes y las molduras.
- Los colores favoritos del estilo Luís XIV fueron los rojos, los azules y los verdes brillantes...
-...y el dorado ¡obvio!
-Estos sillones, aunque tapizados en tonos claros porque este es un living "moderno", son opulentos, sólidos, robustos, Coqui. ¡Pero por su forma no son tan "novedosos"!







-Cierto. Los Luis XIV eran tipo trono, con respaldo alto, cuadrado y recto y quizás por eso ahora se usen mucho más para comedores o escritorios, cuando hay que sentarse más erguida que cómoda. La novedad más importante del Luis XIV fue hacerlos confortables pese a su formato, y para esto el tapizado fue determinante e incluyó los brazos de las sillas. Las telas gruesas y mullidas como los brocatos, los damascos, se bordaban en oro y plata, incluso los terciopelos se recamaban con piedras semipreciosas...
-¡Wooooooooooooooooooooooowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww! 
-¡El tapizado mullido era el último grito de la moda!




Las patas podían terminar en garra o pezuña, Clarisa, los travesaños tenían forma de X o H, tal como se ve acá. Esos dibujitos que ves arriba podían ser tallas en roble o nogal. Se hacían incrustaciones en ébano, bronce o mosaicos florentinos. También era común el emblema de las dos L en espejo del "rey sol". El prefería los muebles del ebanista Carlos Andre Boulle y del broncista  italiano Domenico Cucci.
-¿Y los sillones, Coqui?



-¡Qué ansiosa Clarisa! Te estoy poniendo en clima, para que entiendas porqué los asientos fueron lo que fueron...
-Ahhhhh! Muy astuta.
-Este es un confident Luis XVI,te ubica cara a cara con quien ocupe el otro asiento.
-¡Ya veo!
-Pero no nos adelantemos, Clarisa. El lujo, la fiesta y el placer son los protagonistas del momento, y la nueva moda es cómplice de los gustos sociales. Para descargar con gracia el peso del cuerpo y los opulentos vestidos paulatinamente surgen una cantidad de asientos diferentes, pero en cuanto a sillas hay dos categorías básicas: la siège meublant à la reine y la siège en courant o en cabriolet.
-¡Woooooowwwwwwwwwwwwwwwww!


Living de Gabriel Carvajal: lit de repos, bergere a oreilles y siege en courant 


--¿Ves Clarisa, este living de Gabriel Carvajal? La siège en cabriolet o en courant, se diferencia de la siége meublant à la reine por su respaldo y su utilidad. Mientras que las meublant a la reine tienen un respaldo plano y se sitúan contra las paredes, haciendo juego incluso con los motivos de pared y boiseries, las en courant tienen respaldo curvo, son más confortables y se colocan en el centro de la habitación o donde manden las exigencias. El canapé surgió durante el reinado de Luis XIV en Francia en el siglo XVII. Dos, tres o más personas, se sentaban en este híbrido entre silla y sillón, con acolchado en brazos, asiento y respaldo.



A diferencia del estilo anterior -Luis XIV-, ves cómo en el siglo XVIII la tapicería es más rica, la línea más ligera y voluptuosa, con profusión de relieves, bronces, tachas y detalles.



Canapé Corbeille Louis XV



Gabriel Carvajal. Lit de repos s. XIX, tapicería Verdure. Silla Luis XVI "medaillon" en courant, en terciopelo bordado. En l pared, un gobelino.

-Ya veo. Pero este es un ambiente moderno.
-Aunque tradicional, y Carvajal maneja "los luises" como todo porteño de mediados del siglo XX: fantásticamente. Luego, durante el reinado de Luis XV las faldas amplias obligaron a ampliar los asientos y a retraer los brazos de las butacas para dar cabida a los nuevos atuendos; la mayor libertad de costumbres y actitudes sociales llevó a la mujer a relajarse en la intimidad.




Así, la coqueta y sugerente chaise-longue  (surgida en la Roma imperial pero revalorizada en Francia, siglo XVIII) permitía en cualquiera de sus variantes estirar las piernas y ofrecer una pícara, incipiente visión de enaguas, encajes y tobillos…




- A ver, Coqui: es una "silla larga, un sofá con forma de silla con una prolongación lo suficientemente larga como para soportar las piernas. Es decir, un diván."
-.............
-Ahhhhhhh! ¡Con razón dentro del universo chaise longue, las variantes son tantas y tan parecidas! Las diferencias entre chaise longue, duchesse y lit de repos no son claras. La categoría chaise longue incluye la chaise longue, la lit de repos, la duchesse y la duchesse brisée sin equivocarnos. Los largos varían entre unas y otras, y mientras en la duchesse el respaldo es curvo, en la chaise longue es plano.


Duchesse brise


-Durante el reinado de Luis XV, el barroco fue sustituido por el movimiento rococó, que aportó una oleada de fantasía con  motivos de rocas y conchas, con muebles mas graciosos y en una escala más íntima. Comenzamos con las exquiciteces, porque es el momento del lujo, la fiesta y el placer como protagonistas, Clarisa, y la nueva moda se hace cómplice de los gustos sociales. Básicamente todas siguen siendo chaises longues, más por su forma o utilidad van tomando diferentes nombres. Los largos varían entre unas y otras, y mientras que en la duchesse el respaldo es curvo, en la chaise longue es plano.

-"La duchesse es un mueble típicamente femenino, utilizado para el reposo diurno y recibir visitas de forma recostada. Es lo suficientemente profundo y largo para tener las piernas extendidas ( de 115 a 160 cm.) en el que las piernas pueden quedar completamente extendidas. La Duchesse, Coqui, tiene en común respaldo y piecero... "



-¡Cuanta sabiduría, Clarisa!
-Es que mientras vos mirás fotos, yo voy leyendo.
-Bueno... justamente... acá estoy viendo una Duchesse en bateau
-¿En barco?
-Sí.







-Sí, Clari. La duchesse brisée, es decir partida, también puede ser "en bateau". En algunos casos está formada por dos piezas, y en otros por tres (la bergère, le tabouret y le bout de pied).
-Hablando de la bergere y el tabouret...a cada cosa su nombre, ¿no?
-Sí, exacto. El tabouret es sólo un asiento sin brazos ni respaldo, para una persona. Después vienen las distinciones: si es para piano, para tocador...




-¡Pero me estas hablando de un  banquito!
-¡Y qué lindos banquitos!







Ahora... la bergere... ¡ahhhhh! la bérgeeeeeeere
-¿¿¿¿¿??????
-Se trata de una poltrona o sillón ancho, bajo y confortable de agradables proporciones con respaldo y laterales acabados con tapicerías o cañas, y un gran cojín suelto como asiento. ¡Es mi preferida! Con la Bergère Marquise , los ebanistas dieron cabida a la moda de la ampulosa crinolina o miriñaque. 

Bergere marquise actualizada con un tapizado en animal print

-A mí también me gusta. me parece apta para un desparramo anatómico total.
-Tu vocbulario no es fino, por más eufemismos que uses, Clarisa. La bergere marquesa, "cara a cara" o "confident", es un sillón ancho y profundo en forma de S para dos personas (hay incluso para tres que se llamaron "indiscret"), donde se sentaban en posición de hablarse al oído.





En suma, la bérgere resultó tan cómoda que hasta se diseñó para los juegos de mesa la bergere voyeuse, almohadillada en la parte superior de su respaldo, para apoyo del espectador. Así, los jugadores usaban chaise en courant y los “mirones” (voyeurs) la voyeuse.




-Wooooooooooooooooooowwwwwwwwwww  ¡Qué especialización! 
-¡Me olvidaba del fauteil bureau, un silloncito confeccionado para sentarse frente al escritorio con respaldo alto, recto y envolvente.





En el fauteuil a coiffer, Clarisa, te sentaban mientras te peinaban.
-¡Genial! 
-La parte superior del respaldo era curvado hacia abajo en el centro, para apoyar la nuca y que el peluquero pudiese alcanzar el pelo con facilidad.








-¡Cuantos modelos para vestir un livng moderno! Ahora entiendo porqué fueron el complemento del minimalismo de los sesenta o el actual!





-Lindísimo, Clari. Y todavía faltan: el Ottomane era un sillón bajo con el respaldo curvo para evitar las insidiosas corrientes de las grandes casas...


Living, por John Fowler.



-...la banquette, un banco largo sin respaldo o con respaldo muy bajo, tapizado o de esterilla. Ahora se usan a los pies de la cama o como mesa (eventuamente banco apoya pies) frente a los sillones.





-Ya veo, Coqui, son tantos los posibles usos como los modelos, y uno solito lo viste todo.
-Mirá este living de los sesenta: banqueta y bergere combinan con un sillón inglés tipo Chesterfield. 






...Pero, ¿y Luis XVI? ¿Te lo olvidaste?
- En realidad, Clarisa, el estilo Luis XVI, neoclásico, imperio, directorio o regencia  (en España) se da por  un cambio en el gusto: la resistencia y reacción a los excesos del rococó. El arte se orienta hacia las líneas rectas y los perfiles más sencillos. Además, el retorno del clásico es contemporáneo al descubrimiento de las ruinas de Pompeya y de Herculano y se aprenden nuevas características del arte greco-romano, que afianza el gusto por el arte antiguo. No  obstante el Luis XVI toma algunas características de Luis XIV, como la elegancia y la simplicidad de las líneas.




-¿Y no lo vamos a ver entonces?
-La verdad es que merece capítulo aparte y se diferencia bastante de los otros luises, así que otra vez será Clarisa.
-Oki. estoy agotada, un poco mareada y sorprendida con tantos luises, pero contenta. ¡Los "luises" me han dado una lección de mucho estilo! La próxima vez que vaya al anticuario sabré sacarle el jugo a tanta sapiencia.
-¡Al menos eso espero!