Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA
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miércoles, 22 de junio de 2016

Virasoro: del palacete al petit-hotel, pasando por Francia

-Hola Coqui.¿Te acordas de esa casa de la calle Agüero que un día descubrimos?
-¿Cual?
-Esa grande, linda, con el jardín hacia un costado del terreno y como entreviéndose detrás del garaje.
-Mmmmmmmmmmm
-¡Sí! La de Alejandro Virasoro.
-¿?
-¡La casa art-decó de la fachada lateral, Coqui!




-Ahora sí. Hubieras empezado por ahí, Clarisa. 
-Una "Virasoro auténtica". ¡El introdujo en Argentina las ideas del movimiento moderno con el Art-Déco!
-¡Pero si este lenguaje se consagró en la Exposición de Artes Decorativas de París de 1925!
-Y Virasoro tomó ese vasto repertorio de influencias homogeneizadas por una fuerte estética geometrizante, contribuyendo a cerrar el ciclo de eclecticismo historicista en Argentina. 
-¿Y herir de muerte al "eclecticismo historicista", "esa" fue su contribución? ¿No me dijiste que Le Corbousier pisó Argentina en 1929?






-Sí. Vos  estas enojaada porque siempre añoraste la vida palaciega. Esta casa comenzó en 1924: es una de las primeras obras de su ideario.El gran aporte de Alejandro fue la innovación: en el trabajo -desde la organización de su estudio a sus proyectos, y la economía y manejo de las obras-... pero sobre todo en el bolsillo de los posibles clientes. ¡Adiós palacetes, hellow petit-hotels! 
-¡Mientras haya alcurnia! Vos sabés Clari: ¡mientras haya alcurnia, clase, elegancia, "style"!
-De eso le sobraba. Porque ese cambio se limitó a las clases medias altas fundamentalmente.
  



-Bueno: en la arquitectura se nota la prosperidad que tuvimos entre la primera posguerra y la crisis de 1929. ¡Qué tiempos aquellos, Clarisa! ¡Cómo me hubiera gustado atravesar esa puerta con un atuendo "años locos"!




-¡No siendo hija de obreros, claaarooooooo!
-¡Nunca pensé otra cosa! Porque de todos modos el petit hotel era un palacio en miniatura, con fachada importante y sin tanta ornamentación interior, y una disposición arracimada en cuatro pisos ¡que jamás fue la de la popular casa chorizo!
-Son palacios venidos a menos, Coqui. La población cada vez mayor, los terrenos más chicos y los ascensores dieron paso a viviendas más verticales y el art-decó americano a ornamentaciones cada vez más sencillas. De ahí que esta especie por entonces en extinción,el petit hotel, fuera una fina adecuación a la clase media-alta local.





¿Te acordas que en el 2003 estuvo a punto de ser demolida para construcción de un edificio de 7 pisos?
-Ni ahí.
-Bué. Un vecino frenó la demolición con una denuncia en la Defensoría del Pueblo. Por el valor del inmueble, porque Agüero 2024 forma un conjunto con la casa de Agüero 2038, hoy declarado Monumento Histórico Nacional.
-¿Si?





-¡Eran la vivienda personal y al lado el estudio del gran Alejandro Virasoro! Allí sintetizó sus principios arquitectónicos. Aunque se destacó en el Art Decó, combatió los excesos del academicismo que no incorporaba la nueva tecnología ni los enfoques funcionales, tanto que trabajó incluso con los primeros sistemas de prefabricación. 
-Bahhhhhhhhh.
-De todos modos y para tu tranquilidad, en Virasoro se ve la influencia europea, sobre todo francesa con fuerte impronta personal.




-¡En Buenos Aires hay fachadas, rejas, interiores e influencias art-decó por todas partes!

-Pero los interiores de esta casa eran increíbles. La Casa Virasoro es enorme: 280 metros cubiertos y 130 semicubiertos- distribuidos en tres plantas que se conectan por dos escaleras.

-¡Casi un palacio!

-¿Verdad? Ya despojado de la portería y el  coeur d´honneur del palacete, un recibidor en planta baja era el arranque de la escalera principal y distribuía hacia las estancias del sector social de la casa: estar, comedor, escritorio y cocina. 






Arriba estaban los 5 dormitorios alrededor de una sala íntima y baños,  y en la azotea la planta de servicio y un pequeño estudio. Virasoro diseñó el equipamiento con un aire futurista, casi de ciencia ficción.





-Lo veo. ¡Te imaginarás que NO me gusta!
-¿No podés apreciar la creatividad, Coqui?




-Si. Y me parece horripilante.
-No te aflijas, desaparecieron en las remodelaciones del 50 y del 70.





-Supongo que esos pisos y esas chimeneas eran muy glamorosos. Pero pasaron de moda.
-Coqui, eran acordes con la arquitectura de la casa y las pretensiones de distinción de las nuevas clases medias.





-Puede ser. Me gustan más los palacios estilo francés que están diseminados en Avenida del Libertador.
-No me extraña. Esos son bastante "Luises".





Por eso no te gusta este bloque cúbico recostado contra una de las medianeras, pegado a otra casa, el estudio proyectado para su trabajo. La casa está elevada sobre el jardín, que la rodea por los tres lados restantes, y el techo de la cochera semi enterrada que aparece en el lateral opuesto sirve para formar una terraza conectada con el ingreso principal.
-Sique siendo un cubo
-Aunque parezca un cubo, Coqui, no es una casa que pueda entenderse sin recorrerla: hay que subir, caminar, girar...
-Dicho así suena demasiado bonito.
-La propiedad encierra un alto valor cultural: Alejandro Virasoro fue el máximo exponente del Art-Déco en la arquitectura argentina.




-La vista desde la calle hacia el jardín es preciosa.
-El pequeño jardín del frente y la retórica del palacio forman parte de la decisión de elevar la casa sobre el terreno. Decisión que no parece obedecer a una ruptura con la ciudad sino que al cambio tipológico que va del palacio al petit hotel. Mirá lo que dice Brugnoli:  «Primero se perderá la condición exenta, pero no la retórica, como en el palacio Alzaga Unzué, que ha rotado y no mira a la calle sino que su fachada principal enfrenta su propio y único jardín...»




Esta esla fachada que da a la calle,bastante austera. La de abajo es el verdadero "frente".
-Veo.



-No obstante, el garaje sí pasa al frente, porque el lote se angosta. La originalidad está en la vinculación de éste con la casa, mediante un pasillo subterráneo. 





Esto también denota una transformación en los usos, que no son ceremoniales como en el palacio y pasan a ser prácticos. Hay un proceso de funcionalización de los espacios.





-¡Entonces Virasoro pasa del eclecticismo francés al pragmatismo norteamericano!
-¡Yes! «Los postulados de sobriedad y ascetismo que eran el "lujo del obrero", permitían una suerte de elegancia fácil, al alcance de quienes no tenían dominio sobre los sistemas estéticos consagrados.






-¡Ahora entiendo, Clarisa! Es lo que decía Jorge Luis Borges cuando se refería con ironía a "los reticentes cajoncitos de Virasoro, que para no delatar el íntimo mal gusto se esconde en la pelada abstención".»
-Seguro. A Borges no podía gustarle quien cambiaba palacios por algo más plebeyo.
-Sin embargo, los detalles de la fachada me recuerdan muchas construcciones nobles: molduras, detalles zoomórficos muy estilizados y formando relieves insertos en pequeños nichos que les dan un carácter casi esotérico... 














-A mí me parece que la decoración de las fachadas es mínima mínima.






-Es hermosa. En lo que nos interesa, los cambios no son desde el racionalismo europeo sino desde el pragmatismo.



-Sabés que no me gusan "los cambios".
-¡Pero esta es una vivienda "bisagra", que tenías que conocer!
-Sí, si, si. Jamás hubiera recordado esta casa por mí misma.
-Sin embargo, hoy es de una belleza casi inalcanzable en una zona tan céntrica como Barrio Norte.
-Eso es lo que la salva. Yo podría vivir aquí.
-¿Verdad que sí?