Fucsia es el color de los tejidos latinoamericanos. El tinte se obtiene de un insecto autóctono de América Latina, y del naranja al marrón vira a múltiples tonalidades de rojo pasando por un exclusivo rosado intenso. Colón lo llevó a Europa como prueba de la otredad de este continente. Fucsia fue el color con el que Frida Kahlo shockeó a Elsa Schiaparelli. Fucsia es identidad 100%. PIENSA EN FUCSIA
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jueves, 15 de enero de 2015

La Casa Di Tella de Clorindo Testa


Di Tella es un apellido íntimamente entramado a la industrialización de Argentina y a la vanguardia artística de los ´60s. Fue Guido el miembro de la familia que a la manera de un verdadero mecenas, dirigió aquel famoso centro de investigación cultural que llevó el nombre de su padre: el Instituto Torcuato Di Tella.
El "Di Tella" -así llamado por todos-, fue durante esos años meca de talentos, artistas y diseñadores, y Guido Di Tella el mentor que lo impulsó con una libertad, un desparpajo y un presupuesto más que generosos. Pero la dictadura de 1966 de Juan Carlos Onganía lo toleró apenas: 4 años después, en 1970, el centro fué clausurado.
No obstante su corta existencia, tanto y tan disruptivo fue lo que produjo como usina cultural que aún se habla de la "Generación Di Tella".
Este post es un homenaje a Guido y también a Clorindo Testa, quien nos dejó hace muy poquito, el 11 de abril de 2013: ¿qué mejor que la casa que este amante, mecenas y coleccionista de las artes y el diseño encargó a quien fuera uno de los arquitectos más polémicos y reconocidos, ese napolitano radicado en Buenos Aires y máximo exponente para entonces del brutalismo en Latinoamérica?
A mí el estilo brutalista me encanta -ya hablaré de eso en otro momento-; aprendí a disfrutarlo con algunas obras icónicas de Testa, muchas de ellas públicas: se recortan singularmente en el horizonte urbano y se las vive por dentro de manera surrealista. Es que Clorindo fue un poeta del hormigón armado, además de un fantástico paisajista -aunque esta cualidad no le es tan reconocida aún-.
El asunto es que junto a Irene van der Poll y Luis Hevia Paul, Testa construyó para Guido una casa como sólo él podía habitar: brutalista y de ultravanguardia... ¡basada en nuestra típica casa chorizo!
La única directiva que el arquitecto recibió de Di Tella fue que a su estudio se accediera en forma directa desde la entrada, que pudiera albergar sus colecciones de arte y que tuviera una comunicación independiente al comedor.


Un túnel de hormigón "perfora" desde el comedor el vacío de uno de los patios abiertos de la casa hacia el estudio de Guido.

Testa murió hace poco pero dejó una impronta inconfundible en todas sus obras, de las que disfrutamos todavía muchas, como la Biblioteca Nacional, el Banco de Londres y el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires, la Rambla de la Playa La Perla en Mar del Plata, etc. etc. etc. La casa de Guido Di Tella, lamentablemente, fue demolida en 2011. Tanto su dueño como quien la diseñó fueron grandes figuras de la cultura local con proyección internacional y la casa habla de ellos por sí misma.


Fachada de la calle Arribeños 1308, en el porteñísimo barrio de Belgrano. Destaca la ausencia de ornamentos.


La fachada es limpia, austera, violenta y silenciosa con una entrada bien definida. Efectúa, como las de la "casa chorizo", un corte abrupto entre la calle y el interior que se organiza en espacios recogidos por un patio abierto, en este caso se trata de un interior muy complejo con dos patios centrales en vez de uno y otro patio sucesivo.


La relación cemento-denso/ vacío-luz se juega en los 838 m2 de la casa, intervenidos por rampas, túneles, claraboyas y desniveles fracturando la supuesta unidad sintética del espacio. La clásica transición desde el exterior que representan los jardines aquí esta reemplazada por otro vacío: el retiro del frente marcado por la rampa y un árbol. Como memoria de algún jardín hay un angosto cantero que sostiene una hiedra pegada a la pared.

Aquí se observa el juego cemento-denso/vacío-luz: brusca interrupción del espacio abierto de la calle por un muro alto, carente de ornamentos y continuo, puertas definidas y rampa.  El árbol talado marca la línea de construcción y el vacío por detrás el espacio de retiro que representará el espíritu de esta casa.



Planta donde puede apreciarse la complejidad del diseño, con sus desniveles, patios, rampas y claraboya fungiforme. La casa rompe intencionalmente con el sentido de unidad sintética y proporcionada del clacisismo, para transformarse en una máquina (concepto tomado de le Corbousier) y en una cueva, idea prínceps de los movimientos pop y hippie.
Le Corbousier fue una influencia reconocida por Testa, igual que el movimiento pop.

Detalle. La entrada ya revela la paradójica relación vacío-transparencia/cemento-lleno que será la lógica argumental de toda la casa. Esa invaginación de vidrio desde el patio contiene una escultura visible tanto desde adentro o afuera, par de aparentes opuestos en este caso y que la rampa de acceso como zona de pasaje con su pared de vidrio cuestiona y complejiza.

Al otro lado de la rampa de la entrada, vista desde el living hacia uno de los patios internos. Las esculturas, visibles tanto desde afuera como desde adentro, acentúan el juego paradójico vacío-lleno, interior-exterior que planteó Testa en esta casa.


Vista de la entrada dada por un corredor limpio y sin estructura de pasillo, pues va formando parte de cada zona de estar sucesiva. Desde el corredor pueden apreciarse las estructuras de hormigón a la vista. Una claraboya sigue por el techo con luz natural todo el recorrido Al fondo, uno de los patios.


Zona de conversación a la derecha de la rampa abiertamente conectada con el corredor.

Una panorámica del corredor que nos propone la sala de estar vista transversalmente. Pueden apreciarse las distintas zonas de estar  influyéndose sucesivamente, sin conectarse jamás por un pasaje formal entre una y otra. La claraboya la recorre transversalmente dando luz natural al gran espacio, que esta subdividido en varios "estares".  Como un espejo de la luz, el tapiz del fondo genera un llamativo punto focal que unifica todas las zonas de asiento y se continúa en la alfombra del camino generando ese aspecto envolvente o de cueva.


Detalle de la sala de estar, donde se aprecian muebles y chimenea antiguos, en estilo medieval-renacentista. Aquí la pared del fondo está decorada de otra manera: en vez del tapiz hay varios cuadros y una alfombra menos larga. Prefiero la solución anterior.


La foto es muy borrosa, pero puede verse el estar desde el extremo del tapiz hacia el otro lado a lo largo de la claraboya





El túnel que comunica el estudio con el comedor esta vez al desnudo. Se ve el patio con sus desniveles e instalaciones de agua, luz, gas, etc. evidenciando cómo la casa, además de una cueva, remeda una máquina de vivir (según diría Le Corbousier) . 

La biblioteca, igual que el resto de la casa, albergaba valiosas obras de arte.


La biblioteca de dos niveles con puente hacia el nivel de la pinacoteca. También aquí se ve la mezcla de muebles contemporáneos con antigüedades y muebles de estilo.


Si no fuera porque esto es de principios de la segunda mitad del s. XX pensaríamos que es un loft, ¿no? Hormigón armado sin revestir, con las marcas del encofrado de madera a la vista, igual que los perfiles de hierro que llevan a la colección de arte. Di Tella y Testa fueron indudablemente dos adelantados.


Vista del puente, que comunica con la sala de las colecciones y pone a mano la parte alta de la biblioteca

El puente de hierro parece perforar el hormigón como un túnel hacia la sala de las colecciones.

Al otro lado del puente, una tumbona Le Corbousier recibe a quienes deseen leer en la intimidad de ese "escondite".

Los exteriores de la casa siguen las raras y escalonadas formas del interior, así como también dejan a la vista las intalaciones.

Muchas de estas fotografías pertenecen al archivo de la cátedra del arquitecto Roberto Lombardi, de Plataforma Arquitectura, y del arq. Francisco Cellini. Les recomiendo visiten los links, muy útiles para comprender la lógica constructiva y decorativa de la casa. Yo no me canso de buscar material al respecto, además de lamentar que este testimonio de las vanguardias artísticas de los ´60s ya no honre a la ciudad de Buenos Aires con su muda presencia.